Una anciente profecia que fue olvidada con el transcurso de las edades, narra que un Rey muy sabio antes de partir hacia un lugar lejano, un lugar de ensueños, decidio reunir a su gente para entregarles el conocimiento de algo muy valioso; la fuente de toda la verdad. El Rey hablo con ellos por mucho tiempo y de esa forma el conocimiento les fue transmitido a todos sus sirvientes.
El Rey tambien les encomendo que esa sabiduria la practicasen a diario, en las mañanas y en la noche sin dejar un dia de hacerlo, para que asi a su regreso ellos fueran guerreros diestros y habiles en el manejo de ese arte.
Pasaron muchos años y los siervos olvidaron todo lo que su Maestro les transmitio; y por su desobediencia un velo cayo sobre ellos como si fuese una neblina espesa que oscurecio su entendimiento y razon.
Desesperados, ellos buscavan la forma de recordar ese arte; todo esa sabiduria parecia un sueño borroso pues no entendian los symbolos, el olvido reino en sus espiritus; y hacian muchas cosas con el proposito de recordar las palabras de su Maestro pues ellos sabian que el tiempo se acercava, los symbolos hablavan por ellos mismos, la higuera ya habia florecido, y el verano habia llegado.
O acaso puede la higuera producir granadas, y el granado higos?
Los hombres negaron a su Rey y asi sutilmente comenzaron a buscar respuestas en los astros y en todo lo creado en los cielos y en toda la creacion sobre la faz de la tierra. Miravan el higado, sus oraculos fallaron, todos sus intentos fueron en vano, y desde ese entonces los hombres comieron su pan con una profunda tristeza y gran amargura en sus corazones.
Asi con la perdida de esa llave es como surgio la busqueda de algo ilusorio, la busqueda del quinto elemento, el sueño de los sabios y el temor de los poderosos.
Ellos nunca supieron si la llave era el instrumento, la receta o el metodo para cocinar sus alimentos.
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